Vaya con la pregunta!. Mira que me lo pongo difícil. Sí sé lo que no hay que hacer, o mejor, que es lo que no tendrían que hacer los supergobernantes de las grandes superpotencias. Y lo mismo en el caso de los supermedios de comunicación condicionantes de los superhabitantes del supermundo Tierra.
En esto como en todo, estoy en perfecta sintonía con aquella parábola (sic) de "ofrecer la caña...".
Pero, la pregunta... qué hacer? Olvidémonos de los "super" porque la verdadera revolución empieza desde abajo.
Y de forma muy sencilla. Desde el agradecimiento y la suerte de poder disfrutar de un buen alimento, una buena higiene, un buen hogar, etc... cada día. No el agradecimiento a ningún ser supremo, sino a nosotros mismos y quienes nos rodean.
Y con una idea clave que debe prevalecer para ir dando pasos en esa microrevolución: hacer el bien a los demás. Qué cosa, eh?. Osea, que lo de quitar el hambre en el mundo es hacer el bien a los demás?.
Pues sí. Ayudando a los demás, nos ayudamos a nosotros, y ayudamos a esa microrevolución. Desde el mismo momento que nos levantamos, hasta que nos acostamos, debemos dejar esa impronta de tender siempre una sonrisa, una palabra amable, desde el corazón, e intentar ayudar en cada una de las tesituras que nos encontramos.
Así que, mañana, cuando te levantes y abras los ojos, tenlo presente. Es sencillo, no eches balones fuera, en tu mano no está solucionar la paz mundial ni el hambre en el mundo... en tu mano está ir tejiendo una nueva sociedad de valores humanos, solidarios... con los hechos del día a día.
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