Vemos, escuchamos y sentimos cientos de manifestaciones, huelgas generales, movilizaciones, frases grandilocuentes, titulares a cinco columnas, sindicatos que se dejan la voz y la piel en afirmaciones, barricadas, etc... por empresas que cierran y dejan en la calle a sus trabajadores/as.
Hay quienes incluso, con toda justicia ciertamente, hacen lo propio con la bajada de sueldos y congelaciones de quienes tienen asegurado el sueldo hasta el final de sus días. Llámense funcionarios/as. Insisto: con todo el derecho a reivindicarlo.
Y hay otros... de los que NADIE se acuerda. Y me acuerdo especialmente de dos sectores. Uno de ellos global, genérico, y el otro específico: los/as autónomos/as y las/os periodistas. Ni qué decir tiene que cuando ambos se juntan, mejor no hablar.
En otra ocasión me ocuparé de qué es ser autónomo/a y que te den hasta en el carné de identidad ante el silencio de quienes, legítimamente, hacen huelgas y movilizaciones por otros sectores... pero hoy no toca.
Hoy toca recordar, una vez más, que otro medio de comunicación se cierra. Y se cierra simplemente por tema de números. En un sistema capitalista como el nuestro, es lo que hay. Lo demás sería pura inocencia. Pero, ¿y los sindicatos? ¿y las movilizaciones? ¿qué pasa con las familias que dependían de ese o esa periodista?.
Simple y llanamente, no interesan. Los medios de comunicación son empresas de comunicación y, desde luego, no se van a ocupar de darle cuartelillo a lo que sucede en otros medios no vaya a ser que agite el personal propio de la casa.
Exceptuando los rostros más visibles, públicos y por tanto mejor remunerados, el peor y más mísero sueldo de un profesional que se ha fajado en la Universidad para sacarse el título..., es el del periodista. Y los tiempos que corren no son buenos puesto que a CUALQUIERA le ponen un micrófono, una cámara o un teclado.
Hoy en día estamos rodeados por personajes -algúnos válidos, no lo voy a poner en duda-, que usurpan el puesto de PROFESIONALES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Y, desgraciadamente, se acaba notando en el seno del medio y en qué y cómo se trasmiten las noticias.
Hay una precarización de lo periodístico que abruma, y lo tenemos desde el ámbito local hasta el más internacional.
Hoy el último medio que ha cerrado ha sido CNN+. Pero antes fueron muchos otros. Y con ellos cientos de periodistas que, exceptuando sus grandes estrellas, volverán a "mendigar" por ganarse unos euros en un periódico, colaborando en un radio, haciendo fin de semana para otro medio...para así, a final de mes, hacer un sueldo realmente paupérrimo.
Es lo que hay. Así que, larga vida al verdadero y verdadera periodista, ése que se curró la carrera en la Facultad, ése que lleva el "ser periodista" muy dentro, como una profesión íntegra, de contrastar noticias, de no ser meros portavoces de grupos interesados (gobiernos, clubes deportivos, empresas, sectores económicos, grupos políticos...), ése periodista que siente un gozo difícil de explicar cuando es capaz de dar la primicia, de contar lo que está sucediendo, de narrar lo que sus ojos ven, de sentir el cosquilleo y el orgullo de trasmitir la noticia recordando aquella máxima de las 5 w´s: QUÉ, QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE.
VER VIDEO DESPEDIDA CNN+
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